Sudán al borde del abismo: una crisis humanitaria visible desde el espacio

10

La brutal guerra civil que azota a Sudán ha llegado a una nueva y aterradora etapa. Imágenes de satélite revelan manchas de sangre visibles desde el espacio alrededor de El Fasher, la capital de Darfur, después de que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares finalmente tomaran el control tras un asedio de 18 meses. Este asedio atrapó a unos 150.000 civiles que soportaron penurias inimaginables, dependiendo del agua de lluvia y los alimentos para animales para sobrevivir mientras soportaban un apagón total de las comunicaciones.

Aunque detalles desgarradores emergen de publicaciones geolocalizadas en redes sociales e imágenes satelitales, el alcance total de las atrocidades en El Fasher permanece en secreto. Este conflicto se hace eco del genocidio de Darfur de principios de la década de 2000, donde las RSF cometieron masacres de base étnica contra las mismas comunidades que ahora están siendo atacadas. Sin embargo, la actual guerra civil amenaza con superar incluso esa tragedia en términos de violencia, desplazamientos y enfermedades. Trágicamente, la hambruna de Sudán, considerada la peor crisis humanitaria del mundo, recibe atención y financiación insuficientes. Si bien se estima que 400.000 personas han muerto en dos años de conflicto, es imposible determinar el número exacto de víctimas.

Las negociaciones para una frágil tregua humanitaria están en curso, pero una resolución parece distante. La magnitud de la devastación que se está produciendo en todo Sudán exige una comprensión urgente. Esto es lo que sabemos:

Cómo llegó Sudán a este límite

Hace apenas seis años, Sudán era prometedor para una transición democrática. En 2018, la ira por la triplicación de los precios del pan provocada por la eliminación de los subsidios desató protestas masivas contra el dictador Omar al-Bashir. Su régimen colapsó en abril de 2019 después de tres décadas, allanando el camino para un consejo de transición civil-militar.

Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha límite para un gobierno civil pleno en 2021, dos generales, Abdel Fattah al-Burhan (jefe del ejército sudanés) y Mohamed Hamdan Dagalo (comandante de las RSF), dieron un golpe de estado para impedir la transferencia de poder. Al-Bashir había utilizado notoriamente a las RSF para llevar a cabo atrocidades en Darfur dos décadas antes. Su gobierno militar conjunto se desmoronó rápidamente mientras luchaban por el control. En abril de 2023, las RSF lanzaron un asalto contra Jartum, desatando el sangriento conflicto que arrasa hoy.

La realidad catastrófica

El costo humano es asombroso: más de 12 millones de personas desplazadas (una cuarta parte de la población de Sudán) y una hambruna generalizada que aflige a casi la mitad del país. Ambos bandos están acusados ​​de crímenes de guerra.

El Fasher personifica este sufrimiento. Las RSF erigieron muros de tierra, dejando a la ciudad sin ayuda durante 18 meses. Ahora que han traspasado esos muros, los informes pintan un panorama escalofriante: asesinatos en masa, incluido un ataque a un hospital de maternidad donde murieron más de 450 personas; relatos de violaciones, extorsiones y uso generalizado de fosas comunes. Los supervivientes llegan a las zonas vecinas tan deshidratados que no pueden hablar, según los trabajadores humanitarios.

¿Por qué no termina la violencia?

Varios factores contribuyen a esta tragedia en curso. Los Emiratos Árabes Unidos han suministrado a las RSF armamento avanzado y mercenarios a cambio de oro, ganado y tierras de cultivo. Este apoyo internacional alimenta el conflicto. Al mismo tiempo, la comunidad global ha permanecido en gran medida pasiva mientras se intensifican las luchas de poder entre las facciones en guerra de Sudán por el control militar. En particular, Estados Unidos no ha logrado detener las ventas de armas a los Emiratos Árabes Unidos a pesar de su papel en la prolongación de la guerra.

El Quad (Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudita) ha intentado un acuerdo de alto el fuego durante meses, pero con un éxito limitado. Mientras que las RSF aceptaron tentativamente un nuevo acuerdo después de la indignación internacional por el baño de sangre de El Fasher, el ejército de Sudán, respaldado por Egipto, se niega a comprometerse a menos que las RSF entreguen sus armas. Dado este punto muerto, parece improbable que los combates pongan fin rápidamente.

Cómo puedes ayudar

En una crisis donde el acceso a la ayuda está severamente restringido, su apoyo puede marcar una diferencia tangible:
* Organizaciones de ayuda de apoyo: Haga donaciones a grupos como el Consejo Noruego para Refugiados, la Asociación de Médicos Sudaneses Estadounidenses, Save the Children y UNICEF, que trabajan incansablemente sobre el terreno para proporcionar alimentos, refugio, atención médica y suministros esenciales.

La tardía respuesta de la comunidad internacional refleja la pasada indiferencia hacia Darfur. Ahora, más que nunca, las contribuciones y voces individuales pueden amplificar la presión para una resolución pacífica y aliviar el sufrimiento de los civiles sudaneses atrapados en este horrible conflicto.