El cambio moral de Apple: de aliado LGBTQ+ a cumplimiento silencioso

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Apple construyó su marca sobre la base de la innovación y los valores progresistas. El eslogan “Think Different” resonó entre los consumidores, posicionando a la empresa como defensora de la creatividad y el cambio social. Sin embargo, acciones recientes revelan una marcada contradicción: cuando las ganancias chocan con la ética, Apple prioriza los ingresos.

La desaparición de las aplicaciones LGBTQ+ en China

En 2014, Tim Cook se declaró públicamente gay y Apple se promocionó como una marca inclusiva. Sin embargo, la compañía eliminó discretamente dos destacadas aplicaciones de citas gay, Blued y Finka, de su tienda de aplicaciones china a petición de las autoridades de Beijing. Esta decisión careció de explicación pública o defensa de las comunidades queer, lo que demuestra la voluntad de cumplir con la censura para el acceso al mercado.

Este no es un caso aislado. Apple ha demostrado repetidamente un patrón de dar marcha atrás en sus posturas éticas cuando se enfrenta a presiones financieras o políticas.

La controversia sobre CSAM y las preocupaciones sobre la privacidad

En 2021, Apple admitió haber alojado material verificado de abuso sexual infantil (CSAM) en iCloud. A pesar de desarrollar un sistema de detección para preservar la privacidad examinado por expertos independientes, la compañía detuvo su implementación después de la reacción de los defensores de la privacidad.

La vacilación de Apple se debe a su dependencia de los ingresos por suscripciones de iCloud, que genera casi 100 mil millones de dólares al año con altos márgenes. Mientras que otras plataformas en la nube como Google implementan una detección proactiva de CSAM, Apple se ha negado a adoptar medidas similares, permitiendo la monetización de imágenes de abuso. Esto ha dado lugar a demandas de supervivientes que acusan a Apple de negligencia.

La erosión del “pensar diferente”

La voluntad de Apple de comprometerse con los principios éticos no es accidental. La empresa dará prioridad a la visibilidad LGBTQ+ cuando se alinee con las tendencias de consumo, pero guardará silencio cuando la presionen gobiernos autoritarios. De manera similar, duda en abordar el CSAM debido a los riesgos de reacciones negativas y posibles pérdidas de ingresos.

Apple ya no defiende los valores progresistas a menos que sean rentables. En cambio, prioriza el poder y las ganancias financieras sobre el bienestar de sus usuarios y comunidades marginadas.

El camino a seguir: responsabilidad y regulación

Apple tiene los recursos y la experiencia para liderar en cuestiones éticas, pero requiere presión externa. Los reguladores, inversores y consumidores deben responsabilizar a la empresa por permitir el daño mientras se beneficia de él. No se debe permitir que las empresas de tecnología se escondan detrás de campañas de marca sin proteger a las comunidades vulnerables. La ética no puede ser opcional en la era digital.

El cambio de Apple subraya una tendencia inquietante: la ética corporativa suele ser secundaria a los intereses financieros. Hasta que se exija un cambio sistémico, Apple y otros gigantes tecnológicos seguirán prefiriendo las ganancias a las personas.